Se puede reconocer a Gortbatschow sin problemas. Cuerpo robusto, cara redonda y esa inconfundible marca en su frente. Pareciera que llevase el mapa de la Rusia post comunista, marcado en su propio cuerpo.
Gortbatschow quien es uno de los lideres
políticos más respetados y queridos en Alemania asegura que “mi generación
se está yendo” aludiendo a la clase política que gobernó y dirigió los
destinos de Rusia y el mundo a lo largo del pasado siglo XX.
Él está pronto a cumplir 85 años, y viene
saliendo de una crisis de salud que lo ha tenido bastante complicado. Sin
embargo, se lo ve jovial y relajado en la entrevista con el periódico “Bild
Zeitung”, que fue publicada el pasado 2 de Octubre con motivo conmemorarse los
25 años de la reunificación alemana.
De buen humor y simpático, como de
costumbre, pareciera que estuviera cantando: “no estaba muerto, estaba de
parranda”. Y asegura que contrariamente a los rumores que ya lo daban por
muerto, “la verdad es otra. Ahora me va mucho mejor, ahora puedo caminar
nuevamente. Con un bastón con el cual tuve, primero, que hacerme amigo. Pero
esto es un enorme progreso.”
La razón de su enfermedad es una diabetes
muy complicada que lo mantuvo internado durante dos meses, en tratamientos
intensivos en la Clínica del Kremlin. Y él mismo confirma que “mi sistema
inmunológico se volvió completamente loco y cualquier cambio de clima me afectaba.”
Ahora sin embargo, luego de haber superado lo más difícil de los últimos meses,
asegura que, se siente mucho mejor y su salud está “en subida”. No
obstante, advierte que debe seguir con un cuidadoso tratamiento médico, a fin
de asegura que su niveles de azúcar se mantengan estabilizados.
Este tratamiento médico le imposibilitó
asistir a las recientes actividades en Frankfurt para celebrar la reunificación
alemana. Pero aprovechó la entrevista con Horst Cronauer, editor del “Bild
Zeitung”, para referirse a las relaciones ruso-alemanas.
Al ser consultado respecto a cuál era su
mensaje para los alemanes, en este nuevo aniversario de la reunificación, el
líder de la Glasnost, aseguró que “nuestros pueblos están unidos por una
doloroso pasado. La guerra dejó profundas heridas, también psicológicas”.
Sin embargo, a 70 años del término de la
segunda guerra mundial el viejo jerarca, no titubea en afirmar que “rusos y
alemanes, después de toda la sangre derramada, pueden estar orgullosos de
haberse acercado el uno al otro”. Enfatizando que “especialmente en
estos difíciles momentos”, que esta viviendo Europa, las relaciones entre
ambos países deben cuidarse al máximo.
“La historia nos enseña – según Gortbatschow – que cuando
rusos y alemanes caminan mano a mano, ganan ambas naciones y todos los
europeos.” Por lo tanto recomendó que “mientras más intensa y
habitualmente hablen Putin y Merkel, mejor para todos!” Dejando en claro
que bajo ninguna circunstancia se deben debilitar los vínculos que unen a ambas
naciones
Es de esperar que, en el futuro, a él
también le vaya bien en su camino. Por lo pronto se le ve contento de haber
publicado su último libro, denominado “Nueva Rusia” y se siente optimista respecto
de los próximos años. Asegura que “tengo una motor interno que me impulsa.
Yo leo mucho, entre otras cosas, cada mañana, doce periódicos. Escribo
nuevamente otro libro y yo sigo luchando. ¡Uno no debe rendirse jamás!”
Sereno y con la madurez que dan la
experiencia y los años, el viejo político que facilitó la caída del muro de
Berlín, y creó las condiciones para el término de la guerra fría, se despidió de
la entrevista diciendo que, “todo tiene su tiempo, pero yo no pienso todavía
en irme. Ojalá, que todavía me quede suficiente tiempo.” Declarando que
cuando llegue el momento de morir, su recordada Raissa (fallecida en 1999) “estará
allá arriba reservándome un lugar, junto a ella.”
Ojalá, también Merkel y Putin tengan suficiente
tiempo para parar oportunamente el espiral de violencia y destrucción que se ha
desatado en Irak, Siria, Afganistán y que está provocando una creciente crisis
política, no solamente allá lejos, en el medio oriente, sino que acá cerca, en
Alemania, en el centro mismo y en el corazón de Europa.
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