12.9.15

11 Septiembre 1973: El espejo roto de nuestra historia



En un artículo recientemente aparecido, con motivo de conmemorarse el 11 de Septiembre de 1973 el empresario chileno (Daniel Platovsky) se refiere a su cambio interior. Creo que en alguna medida su experiencia se acerca lo que tratan de explicar algunos hombres sabios cuando se refieren a lo positivo de la transformación espiritual o cambio interior.

Un cambio que posibilita que la persona pueda superar el dolor, el trauma y luego estar en condiciones de perdonar y olvidar la ofensa recibida.

Según Daniel Platovsky para él, fue un cambio, profundo, que duró mucho tiempo en manifestarse.

Comprendo muy bien, que para la mayoría de las personas que vivieron el golpe del '73 , ya sea de izquierda, centro o derecha, no hayan podido o tenido, la suerte de hacer es "cambio identitario profundo".

Pero es cambio de perspectiva, es como una "revolución" y requiere trabajo, valor, perseverancia. Ese cambio requiere tiempo.

Por eso, es normal que la mayoría de las personas no pueden hacer este tipo de transformaciones de un momento a otro.

A veces hay experiencias límites como perdidas personales, accidentes, catástrofes inesperadas pueden tener un enorme impacto transformador. Sin embargo, ese cambio profundo, normalmente se produce a través de muchos años de vida y experiencia acumulada.

En mi caso personal puedo decir que ha demorado décadas y ha significado un profundo cambio en mi mirada del mundo. Hoy veo una parte importante de mi vida en el extranjero, como un viaje de sanación. Un proceso lento, pero que ha tenido consecuencias muy positivas para mi mirada de mi mismo y de todo "el mundo de las formas" que me rodean.

En alguna medida, la distancia de mi país y el pasar de los años me ha permitido mirar con más aceptación todo lo triste y lo doloroso de lo ocurrido en Chile durante el Golpe de Estado y posteriormente durante el Régimen Militar.

Hoy por ejemplo estoy convencido que uno de los aspectos que nos tiene de muchos modos - negativamente - "anclados" y "frenados" como sociedad, tiene que ver con nuestra incapacidad de superar parte de nuestro pasado.

El doloroso pasado del golpe del 73.

Yo sigo pensando que el Golpe de Estado, rompió algo muy valioso en (y de) todos nosotros.

Rompió el espejo de nuestra propia identidad, nuestra cultura, nuestra historia y de paso afectó, profundamente, hasta el día de hoy, nuestro presente y por-venir.

Al romperse este espejo, se rompió no solamente el aspecto exterior de nuestra realidad, sino también una parte importante de nuestro interior. Nuestra imagen del "Yo" y el "Nosotros" se fragmento en pedazos.

El espejo está roto. Hemos sentido un dolor y no nos hemos podido curar.

Además, cuesta mucho ahora, poder volver a verse a sí mismo en este espejo roto, porque nuestro país y nuestra identidad está fragmentada, distorsionada, inconclusa.

Este espejo, al estar roto, nos dificulta a muchos de nosotros el poder hacer ese "cambio profundo".

Eso supone un salto, un "giro" emocional y cognitivo, para interpretar y sentir el dolor y tener compasión, empatía y aceptación por el punto de vista del "otro".

Para eso, hay que mirar el cuadro en su conjunto, más allá de lo que reflejan los pedazos. Hay que mirar la totalidad de lo que pasó.

Pero para mirar, para observar esa totalidad, no bastan ya los ojos! Ni el recuerdo! Dirigidos por el Ego. Esa totalidad, no se ve con la vista contaminada por el ego.

Esa parte de nuestra historia no se mira, ni con la cabeza ni con los ojos. Hay que mirarla con el corazón!

Con lo espiritual y lo sagrado que hay en cada uno de nosotros.

"Pinochetistas", o "Allendistas", "Upelientos" o "Momios" al fin y al cabo estamos todos embarcados en el mismo Barco. Y por la misma razón en diversas corrientes místicas y espirituales se dice:

No es casual que tú y yo, todos nosotros estemos aquí.

Todo esta conectado, todos somos partes de una misma unidad.

La vida es un milagro. Una oportunidad para crecer y transformarse, para "revolucionarse" a sí mismo.

Por esta razón encuentro muy importante y valiente que Daniel Platovsky hable de la idea de "perdonar", aceptar y comprender "el dolor del otro", aceptar y comprender "la culpa".

Y aunque no lo menciona directamente, en gran medida él sabe que para llegar a ese cambio interior, a esa capacidad de perdonar, se requiere también la capacidad, la disposición de "olvidar" parte del dolor y la ofensa recibida.

"El que perdona la ofensa cultiva el amor; el que insiste en la ofensa divide a los amigos" (17:9)

Se dice en un viejo y sabio proverbio.

Pero al Ego le cuesta mucho perdonar! Y por eso seguimos divididos.

Perdonar la ofensa del otro, la agresión, la violencia que se ha infringido a nuestros bienes materiales, o a nuestra propia vida, requiere mucho trabajo en uno mismo y mucha introspección personal.

De eso es de lo que está hablando aquí Platovsky.

Tenemos que aprender a perdonar al "enemigo", porque en realidad él no está afuera, está adentro en nosotros mismos.

Otro mensaje de sabiduría:

"Más bien, sean bondadosos y compasivos unos con otros, y perdónense mutuamente" (4:32)

Y eso es justamente lo que nos falta en Chile. Perdonarnos mutuamente

Porque lo que pasó durante todos los años la Unidad Popular, luego durante los días del Golpe de Estado (1973-1975) y posteriormente durante todos los años del Régimen Militar fue y (sigue siendo) una etapa emocionalmente muy traumática para muchos. Ellos y nosotros. De los uno y los otros.

No hemos logrado "curar el trauma" ni tampoco hemos logrado crear las bases para un "perdón y un olvido"`que sea política y jurídicamente justo. Tampoco hemos logrado un "perdón y un olvido" que sea espiritual y psicológicamente sano para todos nosotros.

Yo creo que existe una posibilidad y existe una necesidad que es jurídica, política, psicológica y espiritual que nos permita y nos posibilite el perdonar y el olvidar el dolor.

Yo no sé si en Chile, a veces, la gente se preguntará cómo y por qué sociedades que se han confrontado violenta y brutalmente las unas a las otras, en distintas etapas de la historia (Francia, Inglaterra, Alemania, Rusia, Polonia, Holanda, etc. ) a veces levantan un discurso claro y categórico para no olvidar - una parte del pasado - pero al mismo tiempo, defienden la necesidad de "olvidar y perdonar" también parte de ese mismo pasado.

Es una paradoja: Perdonar y olvidar! para luego No Olvidar!.

Creo que en Chile, en esta tarea, ha fallado fundamentalmente la clase política y el poder judicial, para posibilitar un perdón y un olvido de lo ocurrido, en forma sana y productiva. También ha habido una falta por parte de la élite Intelectual y moral de nuestro país. Esa élite, que ahora, está llena de hombres "que brillan" y se quieren "ricos y famosos".

Pero de alguna medida hemos fallado todos, pues Chile es una tarea de todos los chilenos.

Yo estudie Historia, tal vez por lo mismo, ahora estoy convencido que hay superar el pasado e ir más allá de la Historia. Convertir el muro de nuestro pasado en un peldaño y saltar sobre él. Vivir el presente y construir el "porvenir".


Comenzar a escribir una nueva historia que se base en un reconocimiento explicito de todos los actores involucrados en el Golpe de Estado (Izquierda, Centro y Derecha) por aceptar el error histórico de haber roto el espejo.

Tenemos que aprender todos juntos a aceptar y comprender que el espejo, ya no se puede reparar.

Ahora lo que queda es comenzar a construir con lo que hay.

Con los enormes recursos materiales, morales, afectivos, económicos, históricos que tiene nuestro país y su población.

Para eso, sin embargo, hay que superar el pasado, aunque esto resulte doloroso y difícil.

Pero queda claro que después de 42 años del golpe de Estado, mucha gente sigue resentida, dolida, dividida y que no será una tarea fácil de lograr.

De hecho es tal el "anclaje" (emocional, cognitivo y de comportamiento) de esta experiencia histórica, que hemos traspasado parte importante de ese trauma y conflicto - no resuelto - a las nuevas generaciones.

El golpe de estado del '73 se ha transformado en un conflicto intergeneracional y transgeneracional.

A veces cuando tengo la alegría de visitar Chile, no deja de afectarme el ver a muchos jóvenes que están profundamente involucrados e identificados con el pasado. Ellos, esos jóvenes tiene esperanzas y buenas motivaciones hacia el futuro, pero están "anclados" política y emocionalmente a experiencias políticas y emocionales que vivieron sus padres o abuelos.

Por eso a veces se repite la historia. Justamente porque las nuevas generaciones "cargan" - psicológicamente hablando - con un peso que no les pertenece.

"Cargan con muertos que no les pertenecen".

La vida y el presente, tienen prioridad y es ahí donde debemos enfocar la mirada.

No en el pasado, doloroso y destructor, sino en el presente lleno de vida y belleza.

Si a veces es necesario mirar el dolor . A veces es necesario revivir el trauma. Pero no para quedarse en él, sino que para salirse de él (Salir, superar, el Pasado).

Convertir el muro del pasado en un peldaño y saltar sobre él!

Es decir, superar los obstáculos que nos impiden avanzar para olvidar y perdonar y de ese modo poner el foco y la energía en lo bueno que uno tiene en el presente (La Vida) y en lo que podría llegar a ser y tener (El Futuro).

Creo que muchos jóvenes de mi país se han visto reflejados en el espejo roto, produciendo en ellos también mucho dolor y confusión.

Por esta razón, creo que es tiempo de comenzar a pensar - seriamente - en crear bases políticas, jurídicas, económicas, sociales y psicológicas, que posibiliten que las nuevas generaciones de chilenos, tengan una mirada más compasiva y reconciliadora con la historia reciente de nuestro país.

Chile no podrá enfrentar los desafíos del futuro si no lo hacemos aceptando y respetando la diversidad

Me refiero en especial aceptando y respetando la diversidad de aquellas personas que estaban con Allende o en contra de él, y de aquellas personas que estaban con Pinochet o en contra él.

Creo que, poco a poco, es tiempo de aceptar que estas dos figuras humanas - en un nivel físico - ya no están aquí, pero en otro nivel, psicológico, si siguen aquí.

Si bien solamente podemos ver fragmentos de ellos en el espejo roto, esos fragmentos son lo suficientemente grandes como para provocar división y polarización en nuestro país.

Por eso debemos poner el foco en lo que nos une y no en lo que nos separa.

Chile tiene problemas estructurales en la distribución de la riqueza, la salud, la educación, la justicia, que debe superar pronto.

Además que nos encontramos en una "sociedad de riesgo global" donde los cambios originados con la globalización y la transformación del mundo a partir de la caída del muro de Berlín, están provocando problemas en todas las regiones del mundo, las ricas y las pobres. El centro y la periferia.

Es decir, necesitaremos mucha fuerza, trabajo y claridad para enfrentar los problemas y desafíos que se nos presentan a futuro.

Como por ejemplo el cambio climático, demográfico, tecnológico, cultural, identitario y psicológico, que está afectando no solamente de la sociedad chilena sino que de toda la sociedad mundial en su conjunto.

Yo vivo hace más de 10 años en Alemania y a pesar de que este es uno de los países más ricos del planeta, veo los enormes problemas que enfrentan Europa y Alemania en la actualidad.

Solo por hacer referencia al tema de los Refugiados y las Migraciones en Europa, puedo decir que Alemania con todo lo rico y poderoso que es, no está preparado para enfrentar este y otros problemas que se están manifestando, cada vez más rápidamente.

Si un país enormemente rico y poderoso como Alemania está metido, ahora mismo, en enormes problemas de envergadura, que demorarán décadas en encontrar una solución positiva, imaginémonos las enormes dificultades y desafíos económicos, políticos y sociales que un pequeño y alejado país como Chile, tendrá que enfrentar en el mediano, largo plazo.

Hay crisis económicas, políticas, religiosas y de violencia en muchos rincones del planeta, pero cada vez estamos más interconectados y mutuamente dependientes. Hoy lo que está pasando hoy en China, Grecia, Siria o Alemania, tendrá una enorme repercusión en nuestro país, en los próximos días.

Los conflictos regionales o locales, se hacen globales, fluidos, supranacionales.

Por esta razón, ahora mismo, en el presente, y con una mirada hacia el futuro, necesitamos todos los recursos y a todos los actores.

A los de arriba y a los de abajo, a los de izquierda y a los de derecha, a los bonitos y a los feos.

Ojalá que en los próximos años del siglo XXI cuando las nuevas generaciones de jóvenes chilenos se miren “en el espejo roto de nuestra historia”, puedan ver allí todos los colores y las tendencias que de algún modo fueron responsables de esta tragedia del '73. Pero que luego, esos mismos jóvenes, puedan mirarse a sí mismos, en ese espejo, y reconocerse como una unidad que esta basada en la diversidad.

Hay que crear hoy las bases de una unidad generacional, que ya no cargue con el pasado.

Esa nueva generación de chilenos, los que son en la actualidad niños, tendrá la responsabilidad, la oportunidad y la necesidad de crear un futuro mejor para ellos mismos y para sus hijos.

A esas generaciones del futuro, nosotros ya no tendremos la suerte ni el privilegio de ver.

A esas alturas nosotros ya no estaremos aquí. Estaremos allí, como una pequeña pieza o fragmento de ese espejo. De ese viejo y eterno espejo.

Dresden, Alemania 11 Septiembre 2015

Keine Kommentare: